Sociedad Complementada, Sociedad Equilibrada.
Hombres y Mujeres, Mujeres y Hombres.
Ambos dos, son el reflejo de su aparato reproductor.
Ellos, preparados para lanzar, entregar, ofrecer...
Ellas, preparadas para recibir, recoger, cobijar...
Ellos, de piel curtida,
tendentes a la crudeza del aire libre.
Ellas, de piel fina,
tendentes a la calidez del hogar.
Ellos, genuínamente preparados para la caza,
siempre al acecho,
dispuestos a esperar en la intemperie el momento adecuado para lanzar.
Ellas, genuínamente preparadas para el acogimiento,
siempre al resguardo,
dispuestas a organizar el cobijo y en ternura transformar.
Y
partiendo de lo anterior, del matrimonio quiero hablar:
La semilla de la sociedad, en el matrimonio está.
Fruto de la unión.
Resultado de la dedicación.
El equilibrio siempre está si al desorden no se deja entrar.
Ellos:
De naturaleza entregada.
En la soledad de la intemperie,
ante muchas decisiones, se verán en la entramada.
Si permanecen al acecho y ejercen la selectividad,
con fortaleza y paciencia se podrá atinar.
Y más tarde en el hogar se reflejará.
Pero si se lanzan a todas las fieras,
el cansancio y el sinsentido les llevará al desatino.
Y para el hogar, nunca encontrarán el camino.
Ellas:
De naturaleza recogida.
Su interior tendrán que cuidar.
Porque el exceso de orden las hará dudar
y lo ordenado se desordenará,
y como fieras se podrán comportar.
Por otro lado, (actualización)
su naturaleza acogedora tendrán que cuidar,
y no a todos podrán refugiar.
Éso les desordenará.
La selectividad será crucial.
El magnetismo, principal, y los fines nobles, fundamental.
Mucho cuidado de los que juegan y las que juegan a ser lo que no son,
porque la mentira llevará a la sinrazón,
y dañará el corazón.
Moraleja:
El equilibrio estará en compensar:
Ellos a ellas tendrán que sacar,
y ellas a ellos tendrán que refugiar.
Ellos a ellas, al fútbol llevarán.
Ellas a ellos, a la misa los traerán.
Y entre aires y misterios la vida sentido tendrá.