Este pasado Domingo fue el día de la Santísima Trinidad,
otro de los Misterios del Catolicismo en la humanidad.
Con la Fe podemos entender los frutos del Amar en la Santidad.
El reflejo de la Vida del Ser en la Verdad.
El Misterio dice que hay tres personas en un solo Dios:
Padre, Hijo y Espírito Santo se las llamó, en un mismo Dios.
Porque Dios es Amor, y el Amor no siempre tiene la misma función.
Estas tres personas en la figura de Jesucristo se reflejó.
Él lo siguiente nos anunció:
"Como el Padre me amó, yo os he amado. Permaneced en mi Amor."
Como en la vida de cada persona, primero toca ser el hijo que nació,
luego el padre/madre que a sus hijos se dedicó,
y a la vez siempre debe estar el espíritu del Amor, la Santificación.
Como diríamos de nuestro Nadal, el gran tenista español:
Ahora es padre, pero siempre ha sido hijo,
y aunque deje el tenis, !siempre representará el espíritu deportivo!
Dios es reconocido como Padre, porque educa a los bautizados.
Como Hijo, encarnado en Cristo, porque se comporta como un confirmado en la fe,
Y como Espíritu Santo, porque el Amor es la esencia de su comportamiento.
Otro ejemplo parecido pero no igual, es lo que que le pasa a la Virgen María en realidad.
¿Cuántos nombres de Vírgenes existen a nivel mundial?
Si lo sabes, me lo dices y se agradecerá.
Pero todas las vírgenes siempre son María. Una y no más.
Porque no es la misma la que se aparece en Méjico o en Portugal.
En cada sitio nos trató de forma particular, y su recuerdo es personal de cada lugar.
Tú que me estás leyendo, eres tú, porque existes.
Y siendo quien eres, no te conocen igual en clase, o en el trabajo, o en el voluntariado,
o en casa, o en tus grupos de amistades.
Siempre serás tú, pero la persona que proyectas en cada situación tiene matices diferentes.
La vida está llena de matices,
Y Dios, que es Amor, no es un solo color.
